No sólo de café vive el hombre



Y empezamos!
Como dice un extracto de un poema de Antonio Machado:

Caminante, son tus huellas 
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino, 
se hace camino al andar.

Desde hace un buen tiempo he estado sintiendo la necesidad de compartir mis historias mas allá de mi círculo íntimo y esta aventura bloguera, si se me permite el adjetivo, es el medio por el cual pretendo hacerlo. Ignoro qué destino tendrá, lo importante es que, ¡ya está!, vio la luz. Deja los confines etéreos de mi ser, de mis pensamientos y pasa a materializarse, a adquirir sustancia de realidad con todo lo que eso conlleva. Estará expuesta a la crítica, al juicio, a la aceptación, al rechazo, al elogio... pero eso es inherente a la vida.

En mis primeras publicaciones, rescataré del olvido algunos de mis escritos; desconocidos la mayoría de ellos, otros con algo de fama, pero todos forman parte importante de mi ser y de mi hacer literario (perdón si eso sonó pretencioso). Conforme vaya avanzando por esta senda, iré dando rienda suelta a mis impulsos narrativos porque, por ahora, eso son. Quizás con el tiempo se conviertan en un estilo de vida, quién sabe.

Muchas de estas historias tuvieron su génesis mientras tomaba una taza de café, perdido en mis pensamientos (o encontrándome en ellos) y fueron tomando forma a través de muchos borradores, añadiendo y quitando según leía y releía. Aún hoy, que los vuelvo a leer, siento que debo corregir algunas cosas pero he decidido dejarlas así como testimonio de mi andar literario. No son relatos de largo aliento sino más bien pequeñas historias, pequeños aperitivos, ideales para saborear junto a una taza de café.

Espero puedas disfrutar leyendo mis relatos tanto como yo disfruté escribiéndolos.


Comentarios

  1. Justamente eso hago con un delicioso café de Quillabamba en la mano.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Seguidores